Recuperando la capacidad de soñar y alcanzar metas»

Muchos adultos se encuentran atrapados en una rutina monótona y desprovista de sueños y metas. El sistema social y económico en el que vivimos nos ha llevado a perder la capacidad de soñar, de tener retos y visiones por cumplir. Nos hemos convertido en seres «muertos en vida», sin la chispa de la ilusión y la pasión que solíamos tener cuando éramos niños.

Sin embargo, existe una luz de esperanza en medio de esta oscuridad. Al acercarnos a Cristo, podemos iniciar un camino de renovación y transformación en nuestras vidas. En la Biblia encontramos versículos que nos recuerdan la importancia de mantener viva la llama de la fe y la esperanza en nuestros corazones.

En Mateo 19:26, Jesús nos dice: «Para los hombres es imposible, pero para Dios todo es posible». Este versículo nos invita a confiar en Dios y en su poder para superar cualquier obstáculo que se interponga en nuestro camino hacia la realización de nuestros sueños y metas.

En Jeremías 29:11, Dios nos asegura: «Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza». Esta promesa nos alienta a confiar en que Dios tiene un propósito para nuestras vidas y que Él nos guiará hacia un futuro lleno de esperanza y realización.

Al acercarnos a Cristo y aferrarnos a su palabra, podemos comenzar un proceso de transformación interior que nos permita recuperar la capacidad de soñar, de tener retos y metas por cumplir. A través de la fe y la confianza en Dios, podemos romper las cadenas que nos mantienen «muertos en vida» y empezar a vivir una vida plena y significativa, llena de sueños y aspiraciones que nos impulsen a ser la mejor versión de nosotros mismos.

Al acercarnos a Cristo y permitir que su amor y su poder transformador actúen en nuestras vidas, podemos iniciar un camino de renovación y restauración de nuestros sueños y aspiraciones. Recordemos siempre las palabras de Filipenses 4:13: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece». ¡Que esta verdad nos inspire a vivir una vida llena de sueños, retos y metas por cumplir, confiando en el poder de Dios para hacer posible lo imposible en nuestras vidas!