«El Señor está cerca de los quebrantados de corazón; a los de espíritu contrito salva.» – Salmos 34:18

Elizabeth era una mujer que había pasado por muchas dificultades en su vida. Había experimentado pérdidas, traiciones y heridas emocionales que parecían imposibles de sanar. Un día, en medio de su dolor, decidió buscar a Dios en oración y abrir su corazón a Él. En ese momento, sintió una paz y consuelo que nunca antes había experimentado. A medida que se acercaba a Dios y permitía que el Espíritu Santo obrara en su vida, comenzó a sanar emocionalmente y a encontrar la fuerza para perdonar a aquellos que le habían hecho daño. Con el tiempo, su relación con Dios se fortaleció y su corazón se llenó de amor y esperanza.

Hoy, te invito a reflexionar sobre tu relación con Dios. ¿Estás dispuesto/a a abrir tu corazón y permitir que el Espíritu Santo te guíe y sane tus heridas emocionales? ¿Estás dispuesto/a a perdonar a aquellos que te han hecho daño y dejar que Dios traiga sanidad a tu vida? Toma un momento para orar y entregarle a Dios todas tus preocupaciones y cargas. Confía en que Él está cerca de ti y que puede traer sanidad y restauración a tu corazón. Recuerda que en Él encontrarás consuelo, paz y amor incondicional. ¡Que este día sea una oportunidad para fortalecer tu relación con Dios y experimentar su poder transformador en tu vida!